Ir al contenido principal

¿Que hay detrás de lo que consumimos?

Hace unos días tuvimos que leer el texto "Educación, identidad y papas fritas baratas" de Michael W. Apple, en este texto el autor cuenta de un viaje que realizó a un país de Asia, en el cual se encontró con una situación que lo dejó sin palabras, al igual que a nosotras. Cuenta la historia de un país de Asia, en el cual las personas que antes vivían en sus propias tierras, cultivando su propia comida, tienen que emigrar a la periferia de la ciudad para vivir todos amontonados en villas, sin ser contados como personas, por decisiones políticas neo-liberales, las cuales solo consideran seres humanos a las personas que tienen un trabajo bien remunerados, clases social alta, blancos y a demás de todo esto hombres. Estas personas fueron desamparadas por el gobierno de ese momento, explotadas por fabricas las cuales le pagaban una miseria de sueldo que ni les alcanzaban para sus necesidades básicas, y no solo eso, sino que también le sacaban la esperanza a un futuro mejor para ellos, para sus hijos, ya que al no poder anotarse en el registro de personas, ellos para el estado directamente ni existían. Una de las decisiones del gobierno fue atraer capitales extranjeros, con ellos vino el de una empresa muy conocida de comida rápida de los Estados Unidos, la cual cultivaba papas en este país, trasladaron sus producción a un país muy lejano, por lo cual los costos de transporte serian altísimos, pero igualmente les convenía, ya que no tenían condiciones, la gente que contrataban en este país era explotada, ya que no contaban con sindicatos, en cambio en el país de origen de esta empresa estaban obligados a pagar buenos salarios. En un momento el autor cuenta la frase que le dijo una amiga que estaba viviendo en aquella nación asiática, "Michael, estos campos son la razón por la cual no existen escuelas en mi ciudad. No hay escuelas porque hay mucha gente a la que le gustan las papas fritas baratas."
Resultado de imagen para explotacion laboral textil viñeta
Leyendo este texto, nos preguntábamos cuantas veces fuimos a comer a estos restaurantes de comidas rápidas, sin saber todas estas situaciones, ni siquiera pensar de donde provenían estos alimentos o el porqué de su precio. Los seres humanos somos muy individualistas, no nos damos cuenta que cada una de las cosas que nos rodean funcionan gracias a otro ser humano, igual que nosotros, el esfuerzo que llevo realizar ese producto, la paga que recibió la persona que lo realizó, lo único que vemos es la relación precio-calidad. Parece algo tan lejano a nuestra realidad, una cosa de el gran EE.UU con países pobres. Una triste noticia lejana de Asia, sin pensar que en el centro de nuestro Buenos Aires ocurren casos de explotación y trata de personas.
Cuando hable en mi casa de lo trabajado en clases y mi tarea la primer propuesta que salió fue el caso de la Salada, una noticia que estuvo en los medios 1 o 2 semanas por el 2015 que después se olvido. Pero al investigar nos encontramos con un sistema horrible que convive con nosotros y del cual somos participes.
En las ferias como la "La Salada" se contratan en negro a mujeres locales para explotarlas en pequeños talleres en el cual llegan a trabajar 16 horas diarias al frente de maquinas de coser en pésimas condiciones de salubridad. Por otro lado hay una red de trata de extranjeros de países limítrofes que con engaños los traen sin documentos en micros o camiones con ayuda de grande empresas. Una ves acá los separan para distintas actividades como la prostitución, trabajo en construcción y los que llegan a Buenos Aires se los manda como fuerza laboral en los talleres en donde se alojan hombres, mujeres solas y con hijos de acuerdo al sistema de "cama caliente" en donde cuando te vas a dormir tenes que despertar al que esta durmiendo así trabaja en tu lugar y vos dormís en su lugar. Las jornadas se pueden extender hasta 18 horas y sus salidas los fin de semanas son controladas.
Cuando menciono que somos participes fue porque a pensar de que la mayoría en mayor o menor medida conoce esta realidad seguimos comprando en las grandes ferias donde sucede lo mencionado, ya que, en la situación económica de hoy en día la mayoría preferimos pagar $350 o $450 un jean en la feria antes que un local a $900 o $1200,el mismo producto en donde se paga casi un 200% más.
Vale aclarar que muchas veces las prendas que se venden en la feria o en locales provienen del mismo lugar y los comerciantes ganan muchísimo más que los fabricantes de las mismas, a los cuales le pagan centavos por cada una.
Otra triste realidad de la explotación textil, son aquellas personas que se ven obligadas por su situación de vulnerabilidad, ya que no tienen otra forma de obtener dinero, otro trabajo, ya sea por alguna cualidad que en este sistema te discrimina, o también por la faltas de estudios. Hoy en día en nuestro país para conseguir cualquier puesto de trabajo es obligatorio tener el secundario completo, por esto la mayoría de las personas no puede conseguir un trabajo en blanco, se ven obligados a buscar un trabajo en el cual tengan que aguantar el ser explotados.
Imagen relacionada
Es momento de empezar a dejar de lado la individualidad para empezar a ver las cosas de otra manera, valorar el trabajo de todos, porque así es como funciona el día a día, somos totalmente dependientes del otro.

Comentarios